Existen muchas razones para subir a la cima de una montaña. La excusa
puede ser una competición, el ejercicio, conquistar Roma o,
simplemente, disfrutar del paisaje, sentir que el mundo está a tus pies.
Pero el motivo de Federico Dean era el más triste de todos: esparcir las cenizas de su hermano pequeño,
fallecido el pasado 11 de junio durante un accidente de tráfico en
México, dándole un último adiós en el paisaje más hermoso que un
triestino pueda imaginar, la cima del Montasio, en los Alpes italianos,
según informa el diario italiano 'Corriere della Sera'.
Dean, un italiano de 41 años casado y con un hijo, ascendió el pasado lunes con su amigo Federico Franco.
Al llegar a lo más alto, dejó una pequeña placa conmemorativa para
dejar constancia del recuerdo de su hermano. Después esparció sus
cenizas y tomó algunas fotografías. Cuando hubieron acabado, iniciaron
el descenso.
En el curso de la vuelta, muy cerca de la cumbre, el mal tiempo hizo su aparición y un rayo cayó, fulminante, sobre Federico Dean
que, como consecuencia, salió disparado contra la pared, contra la que
rebotó y cayó un centenar de metros. A causa de los fuertes golpes en la
cabeza y en otras partes del cuerpo, murió al instante, según relató su compañero.
Aún no se sabe que se hará con el cuerpo del italiano ni cómo se
celebrarán sus exequias. De momento, su cadáver está a disposición de
las autoridades locales.
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