Psicólogos de Estados Unidos advierten: Bob Esponja perjudica el rendimiento cognitivo de los niños de cuatro años. Bastan nueve minutos de exposición a la popular serie de dibujos animados para que los niños pierdan capacidad de atención y de concentración y se vuelvan más impulsivos, según un estudio de la Universidad de Virginia que se publicará en octubre en la revista Pediatrics.
Los autores del estudio atribuyen el problema al ritmo desenfrenado de los episodios de Bob Esponja. El cerebro aún inmaduro de un niño de cuatro años se ve desbordado ante la avalancha de estímulos que le llegan de la pantalla, apuntan. En cambio, series más pausadas como Caillou no han demostrado tener ningún efecto sobre la capacidad de atención o de concentración ni sobre la impulsividad de los niños.
"Los padres siempre deberían controlar lo que sus hijos miran por la tele", declaró ayer Angelina Lillard, primera autora del estudio, en un correo electrónico. Respecto a las series de ritmo rápido como Bob Esponja, "mi consejo es que se fijen en cómo se comportan después los niños y, si observan que tienen menos autocontrol, que restrinjan el programa a una vez por semana".
El estudio no aclara si los efectos observados son transitorios o permanentes. Se ha limitado a analizar a un grupo de niños y niñas inmediatamente después de ver un fragmento de nueve minutos de Bob Esponja, y a compararlos con niños que habían visto un fragmento de Caillou o que habían estado dibujando.
Se les hicieron tres tests para evaluar su rendimiento cognitivo. Por ejemplo, se les dijeron series de números (tres, cinco, ocho) y los niños debían repetirlas al revés (ocho, cinco, tres). En todos los tests, "los niños que habían visto Bob Esponja obtuvieron la mitad de puntuación que los otros", explica Angelina Lillard.
Después se les hizo un cuarto test para evaluar su capacidad de retrasar una gratificación. Se les dejó solos en una habitación con dos platos con chuches y una pequeña campana. Se les dijo que, si tocaban la campana, vendría un adulto y podrían comer dos chuches. Pero si esperaban a que el adulto volviera sin tocar la campana, podrían comer diez. De nuevo, los niños que habían mirado Bob Esponja se mostraron más impacientes e impulsivos que los otros.
El estudio tampoco aclara hasta qué edad pueden ser perjudiciales series como Bob Esponja. "A medida que los niños crecen, pueden manejar mejor los estímulos", señala Angelina Lillard. "Con niños de seis años hemos visto el mismo tipo de efectos, aunque no tan acusados".
Pese a estas limitaciones, los resultados "tienen consecuencias importantes para el desarrollo cognitivo y social de los niños", destaca Dimitri Christakis, especialista en la influencia de los medios de comunicación en la infancia de la Universidad de Washington en Seattle.
La compañía Nickelodeon, que produce Bob Esponja, ha criticado el estudio destacando que la serie está orientada a niños de 6 a 11 años y no a edades preescolares, informó ayer The New York Times.
En España, Bob Esponja es actualmente la serie de animación más vista en la franja de edad de 4 a 12 años. Según un estudio de Barlovento Comunicación basado en datos de Kantar Media, en el último mes del curso pasado 282.000 niños y niñas de estas edades seguían la serie por Clan TVE a las 20.30 horas y 131.000 a las 22.45 horas.
Fuente: la vanguardia
POBRE BOB ESPONJA
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