Las tiendas de lencería saudíes están alargando el plazo oficial
fijado para evitar avergonzar a las clientas sustituyendo a sus
dependientes masculinos por mujeres, alegando que los cambios generarán
problemas de personal, les harán perder clientes y les costarán dinero.
Las
mujeres de Arabia Saudí, una de las sociedades más conservadoras del
mundo, siguen teniendo que comprar sus prendas íntimas con dependientes
masculinos, a pesar de varias peticiones y dos decretos gubernamentales
que ordenan a los propietarios que contraten a mujeres.
En un
intento por obligar al cumplimiento de la ley, el ministro de Trabajo
amenazó el 11 de julio con cerrar las tiendas de lencería que no
sustituyeran todo su personal masculino en seis meses.
"Leemos
sobre la orden en los periódicos pero no hemos recibido instrucciones...
La iniciativa puede funcionar, pero no a la velocidad que esperan. Hay
que enseñar a las mujeres partiendo de cero", dijo Tarek, encargado de
una tienda de lencería en Yidda.
En la conservadora sociedad de
Arabia Saudí, donde la policía religiosa patrulla las calles para
imponer la segregación entre los sexos, las mujeres no pueden trabajar
en lugares públicos en los que tengan contacto con hombres, como de
cajeras o dependientas.
Las tiendas que contratan mujeres deben
correr con los gastos de su preparación, tapar los escaparates para que
no se pueda ver dentro de la tienda y contratar a un guardia masculino
por, por lo menos, 3.500 riales (627 euros al mes) durante las horas de
trabajo para evitar que los hombres entren.
Una de las marcas
líderes en lencería de Arabia Saudí, Nayomi, llevó a cabo el cambio
después de que se aprobara el primer decreto gubernamental en 2004,
llenando sus 45 tiendas de dependientas sólo para volver a los empleados
masculinos un año después.
"En 2004 cumplimos la orden y
contratamos mujeres... y nos enfrentamos a un montón de problemas", dijo
un encargado de Nayomi, que prefirió no revelar su identidad. "La
experiencia duró cerca de un año y perdimos un montón de dinero, más de
10 millones de riales".
Las pobres ventas debidas a la ausencia de
vendedores masculinos, el alto coste de la seguridad, la incapacidad de
atraer a los consumidores con un escaparate tapado y el rechazo de
algunas empleadas a trabajar hasta tarde en un país en el que las
tiendas cierran a las 11 de la noche generaron pérdidas.
El encargado de Nayomi estimó que cambiar ahora a un personal femenino costaría más de 2 millones de riales.
La presión para contratar mujeres está motivada por el creciente desempleo entre los 18 millones de saudíes. El paro alcanzó el 10 por ciento en 2010, pero entre las mujeres se estima alrededor de un 28 por ciento.
Aunque muchas tiendas de lencería no se toman la amenaza demasiado en serio, un pequeño número ha comenzado los preparativos.
El
Grupo Fawaz Abdulaziz Al Hokair, que emplea a 400 hombres en sus tres
marcas de lencería por todo el reino, ha comenzado a preparar a 200
mujeres para que pronto se hagan cargo de sus tiendas.
"Nos hemos
asociado con una empresa privada para enseñar a las mujeres. No hay
mujeres preparadas porque nunca antes han trabajado en este campo",
afirmó Ahmad Sheikh El Shabab, administrador de La Senza, una de las
marcas de lencería de Al Hokair en Arabia Saudí.
"Es una gran
decisión porque las tiendas de lencería do todo el mundo están
administradas por mujeres, y así es como debe ser, especialmente en este
país tan conservador. A muchas mujeres les avergüenza tener que
comprarles estas cosas a un hombre", añadió.
Fuente: que.es
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