Petra Dumitru, un rumano de 75 años, tuvo una original idea para cuando le llegara su hora.
Su última voluntad era que su lápida estuviera adornada con los dos grandes amores de su vida: el buen vino y su esposa… por ese orden. Así que su cuñado, amante del Photoshop y compañero de juergas, no dudó en montar la imagen que a Petra Dumitru le hubiera gustado ver: una imagen en la que sale al lado de su mujer dándole un trago a su bebida favorita.
Su última voluntad era que su lápida estuviera adornada con los dos grandes amores de su vida: el buen vino y su esposa… por ese orden. Así que su cuñado, amante del Photoshop y compañero de juergas, no dudó en montar la imagen que a Petra Dumitru le hubiera gustado ver: una imagen en la que sale al lado de su mujer dándole un trago a su bebida favorita.
Su cuñado Stefan Toma explica al diario Austrian Times que en su lecho de muerte Petra así lo pidió: "Nos dijo que quería que la gente le recordara por sus dos grandes amores: el buen vino y su mujer, nosotros pensamos que una fotografía lo plasmaría, aunque admito que en esta a su mujer no parece gustarle que beba", añade este familiar.
Aunque sus vecinos bajo tierra no han mostrado quejas, que se sepa, sí lo han hecho las autoridades eclesiásticas que controlan el cementerio, planteándose incluso retirar esa imagen porque es "indigna".
Por cierto que este original diseño de lápida salta a la luz al tiempo que otra llamativa propuesta alemana hecha pública hoy: Quien escriba el mejor epitafio ganará un entierro de postín, con lápida, coronas de flores y ¿vino, tal vez?
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