Un estudio que publica la revista 'Science' demuestra que cuánto menos éxito sexual tienen las moscas, mas atracción sienten por el alcohol. "Sabíamos que el ambiente y los factores sociales afectan al consumo de drogas en humanos, lo que queríamos saber es si podíamos reproducir este fenómeno en la 'Drosophila melanogaster' (la mosca de laboratorio)", explica Ulrike Hberlein, uno de los investigadores de la Universidad de California que ha participado en el experimento.
En el estudio, los científicos dividieron a las moscas en dos grupos. Los machos de uno de los grupos estuvo durante cuatro días rodeados de hembras dispuestas a mantener relaciones sexuales. Los machos del segundo grupo convivieron los mismos días con hembras que no les hacían caso. Después, los científicos les hicieron escoger entre dos alimentos, uno empapado con etanol (alcohol) y el otro no. El grupo de machos que no se había comido una rosca se lanzó sobre el alimento impregnado con el alcohol.
El objectivo del estudio ha sido entender mejor la activación de los circuitos neuronales involucrados en el placer y la recompensa, y su relación con las adicciones. Los científicos han podido ver que las moscas que mantuvieran relaciones sexuales tenían unos niveles más elevados del neurotransmisor F (NPF), mientras que las que no copulaban y tomaban más alcohol tenían niveles más bajos. Este neurotransmisor es una pieza clave en la sensación de placer y recompensa, según los científicos. En una segunda parte del estudio pudieron modular el consumo de alcohol en los machos que no ligaron manipulando de forma artificial los efectos del NPF.
Este descubrimiento resulta relevante de cara a encontrar nuevas terapias para tratar las adicciones. El neuropèptido Y (NPY) en mamíferos equivale al NPF de las moscas. De hecho, hay en marcha algunos ensayos clínicos para modular el NPY en personas con depresión y obesidad.
Fuente: ara
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