Joshua Davies, de 16 años, que se mostró impasible al escuchar el dictamen, utilizó una piedra para golpear repetidamente la cabeza de su novia de 15 años en un aislado bosque cercano a la localidad de Bridgend, al sur de Gales.
Durante el juicio, algunos testigos contaron que Joshua reconoció 'odiar a veces' a su novia y amenazaba entre bromas con que quería matarla, por lo que un amigo le ofreció invitarle a desayunar si 'se la quitaba de en medio'.
El cadáver de la víctima, Rebecca Aylward, fue encontrado un día después de su muerte, abandonado, boca abajo, con la ropa que ella misma se había comprado días antes para quedar con su novio. El adolescente, que negó en todo momento haber matado a su novia y culpó a un amigo, fue sentenciado hoy a cadena perpetúa con un mínimo de condena de 14 años, periodo tras el cual su caso volverá a ser revisado por un juez.
La madre de la víctima aseguró, tras conocer el dictámen, que desearía que se volviera a instaurar la pena de muerte en el Reino Unido para que el asesino de su hija, al que calificó de 'verdadero demonio', fuera ejecutado. Los análisis psicológicos presentados durante el proceso mostraron que Joshua Davies no tenía ningún problema mental que le empujara a cometer el crimen.
El juez, tras leer la sentencia, recordó que además de haber 'arruinado' la vida de la familia de Rebecca, el asesinato también había tenido un efecto catastrófico en la familia y amigos del condenado.
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