No se sabe lo que podría pasar si finalmente Barcelona y Madrid llegan a cruzarse hasta en cuatro ocasiones en el mes de abril. De momento, con un solo enfrentamiento esta temporada, el del Camp Nou, el club blanco ha decidido que se acabó lo de escuchar a Shakira antes de los partidos. Hasta ahora era habitual en el Bernabéu que la música de la estrella colombiana animara los momentos previos a los partidos. Casi nunca faltaba el Waka-Waka, un tema que nació para el Mundial de Suráfrica, pero que parece que ahora molesta en el club de Concha Espina.
Los ciclos cambian. En el fútbol, también. Si hace años, la obsesión del Barcelona con su máximo rival alcanzaba tintes casi enfermizos, ahora es al contrario. El Madrid no sabe qué hacer para librarse de un equipo que amenaza con dejar a su máximo rival en medio del desierto. La última consecuencia de esto se acerca más al esperpento. El noviazgo de Shakira con el azulgrana Piqué parece haber sido el detonante para que las canciones de la cantante desaparezcan del repertorio musical del Bernabéu.
La noticia, recogida ayer por el diario Marca, resultaba difícil de asimilar. «Shakira, prohibida en el Bernabéu», rezaba una llamada en portada de ese diario. Precisamente, unas horas antes, la artista colombiana presentaba en su Twitter a su novio. «Este es mi sol», escribía Skakira. Curiosamente, hace unos años, concretamente en mayo del 2005, Florentino Pérez hacía los honores a la novia de Piqué en el Bernabéu. El presidente del club blanco le entregó a la artista una camiseta con el número 5 y su nombre. Todo eran parabienes. Shakira quiso conocer a Ronaldo Nazario de Lima para agradecerle su labor como embajador de la ONU. También se fotografió con Beckham.
Seguro que la artista, socia del Espanyol y seguidora de la selección española, no debe de dar crédito a la decisión que ha tomado el club blanco. Probablemente, muchos madridistas acudirán al Vicente Calderón el 3 de junio para presenciar el concierto de la colombiana.
Que se sepa, en Barcelona no se le ha ocurrido a nadie censurar los programas en los que aparece Sara Carbonero, la novia de Casillas. Tampoco boicotear los productos que anuncia la periodista. De momento, el club blanco no ha emitido nota alguna para salir al paso o justificar la decisión de no emitir los discos de Shakira, en lo que puede haber pesado que cada vez que se escuche a la cantante, podría producirse una lluvia de expresiones malsonantes hacia ella y su novio.
El pasado verano, Shakira llevó a cabo en Madrid una campaña benéfica para ayudar a los niños de África. Su Waka-Waka, el himno oficial del Mundial de Suráfrica, se convirtió en una referencia para los amantes del fútbol y los seguidores de la colombiana. De esa lista de aficionados acaba de marcharse el Madrid por la puerta de atrás. Seguro que el club blanco tiene problemas más importantes que vetar a Shakira. Uno de ellos es la lesión de Benzema, que no jugará el sábado ante el Sporting. El delantero sufre una fuerte contractura en el muslo izquierdo y estará una semana de baja. Su presencia en el partido de Champions ante el Tottenham corre serio peligro.
Los ciclos cambian. En el fútbol, también. Si hace años, la obsesión del Barcelona con su máximo rival alcanzaba tintes casi enfermizos, ahora es al contrario. El Madrid no sabe qué hacer para librarse de un equipo que amenaza con dejar a su máximo rival en medio del desierto. La última consecuencia de esto se acerca más al esperpento. El noviazgo de Shakira con el azulgrana Piqué parece haber sido el detonante para que las canciones de la cantante desaparezcan del repertorio musical del Bernabéu.
La noticia, recogida ayer por el diario Marca, resultaba difícil de asimilar. «Shakira, prohibida en el Bernabéu», rezaba una llamada en portada de ese diario. Precisamente, unas horas antes, la artista colombiana presentaba en su Twitter a su novio. «Este es mi sol», escribía Skakira. Curiosamente, hace unos años, concretamente en mayo del 2005, Florentino Pérez hacía los honores a la novia de Piqué en el Bernabéu. El presidente del club blanco le entregó a la artista una camiseta con el número 5 y su nombre. Todo eran parabienes. Shakira quiso conocer a Ronaldo Nazario de Lima para agradecerle su labor como embajador de la ONU. También se fotografió con Beckham.
Seguro que la artista, socia del Espanyol y seguidora de la selección española, no debe de dar crédito a la decisión que ha tomado el club blanco. Probablemente, muchos madridistas acudirán al Vicente Calderón el 3 de junio para presenciar el concierto de la colombiana.
Que se sepa, en Barcelona no se le ha ocurrido a nadie censurar los programas en los que aparece Sara Carbonero, la novia de Casillas. Tampoco boicotear los productos que anuncia la periodista. De momento, el club blanco no ha emitido nota alguna para salir al paso o justificar la decisión de no emitir los discos de Shakira, en lo que puede haber pesado que cada vez que se escuche a la cantante, podría producirse una lluvia de expresiones malsonantes hacia ella y su novio.
El pasado verano, Shakira llevó a cabo en Madrid una campaña benéfica para ayudar a los niños de África. Su Waka-Waka, el himno oficial del Mundial de Suráfrica, se convirtió en una referencia para los amantes del fútbol y los seguidores de la colombiana. De esa lista de aficionados acaba de marcharse el Madrid por la puerta de atrás. Seguro que el club blanco tiene problemas más importantes que vetar a Shakira. Uno de ellos es la lesión de Benzema, que no jugará el sábado ante el Sporting. El delantero sufre una fuerte contractura en el muslo izquierdo y estará una semana de baja. Su presencia en el partido de Champions ante el Tottenham corre serio peligro.
Fuente: el periódico
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