Se llama Che De, tiene 72 años y una particular manera de poner fin a la tos y los dolores de garganta: beber litros y litros de gasolina.
Todo comenzó a finales de los sesenta, cuando este hombre, habitante de una pequeña localidad en el centro de China, pidió consejo a un amigo para poder acabar con un molesto resfriado que se estaba alargando más de la cuenta. Así, para su sorpresa, éste no le recomendó, precisamente, una cucharadita de miel con limón para suavizar la garganta sino pequeños sorbos de queroseno que, con el tiempo, él sustituyó por gasolina.
Nada se sabe de los supuestos conocimientos médicos del amigo, pero lo cierto es que el remedio resultó ser tan eficaz para Chen que desde entonces no duda en tomarse cada día su dosis de gasolina. Algo que, asegura, le ha procurado una salud de hierro durante todos estos años.
Tanto es así que, si hacemos cálculos, este anciano puede haber ingerido más de una tonelada y media a razón de entre 3 y 4 litros de gasolina mensuales. Esta cantidad le habría servido para recorrer en coche la friolera de 21.600 kilómetros o, lo que es lo mismo, la distancia que separa Madrid de Pekín.
Fuente: Excite
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