José Manuel A.A. se ha sentado en el banquillo de los acusados por dos delitos continuados de abuso sexual. El procesado se enfrenta a una petición de veinte años de cárcel.
En su declaración, el acusado ha negado a preguntas de la fiscal que sometiera a tocamientos a las pequeñas cuando éstas tenían 7 y 5 años de edad en el domicilio en el que convivía con la madre de las niñas en Colmerajo. Sólo ha reconocido que en alguna ocasión dormía con ellas desnudo o que les hacía masajes, pero por 'cuestiones musculares'.
Además, ha asegurado que la culpa de la acusación se debe al "machaque permanente que sometía su suegra a las pequeñas". "Mi suegra desde que nació mi hija siempre ha hablado mal de mí porque me lo contaban las niñas", ha dicho y ha añadido que es 'muy mala'.
A preguntas sobre si mantenía el juego de tirar una moneda al aire para decidir quién fregaba y quién se iba con él al cuarto, el acusado ha negado que tirase la moneda para los abusos y ha manifestado que lo hacía para evitar discusiones entre las niñas a la hora de fregar, pero cuando éstas eran más mayores.
Según el fiscal, el procesado aprovechaba cuando su pareja no estaba por las tardes para abusar de sus hijas menores de siete y cinco años. Así, el acusado "tiraba una moneda al aire, de forma que a una de las menores le tocaba ir a fregar los platos y a la otra le tocaba ir con él a la habitación", donde abusaba de ella.
Fuente: terra
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