Cerca de una central nuclear se encuentra el lago Embalse, más conocido como Chorro de Agua Caliente, en la provincia argentina de Cordoba, y fue allí donde un grupo de pescadores se hizo probablemente con la presa más llamativa de sus vidas: un pez con tres ojos.
Este hallazgo ha reabierto el debate sobre las centrales nucleares y su proximidad a las aguas, con la idea de que la causa de la malformación sea la radiactividad de la central, y el peligro que supone para la pesca de esa zona.
Cadena 3 recogió los testimonios de los pescadores, quienes hasta hace poco pretendían embalsamar el pez una vez examinado médicamente. Aparentemente, el tercer ojo del pez es de “igual tamaño y un poquito más hundido que los otros”, según comentó uno de los pescadores.
Es la primera vez que se da un caso así, pero todo apunta a que nadie sabrá la causa exacta de la malformación del animal. Hartos del acoso mediático, el grupo del pescadores responsables del descubrimiento ha asegurado a Puntal.com que finalmente han optado por tirar el pez a la basura.
Gastón y Sergio Guerrina declararon a dicho medio que ningún veterinario acudió a la zona para examinar al animal, por lo que decidieron deshacerse de la presa, decisión que no fue muy bien recibida entre los vecinos, que ven al animal como la única prueba existente sobre el
efecto de la central nuclear, preguntándose “cómo van a cerrar el tema tirando la tararira (pez) a la basura”.
No dispuestos a perder sus puestos de trabajo, su vida privada, y tras la imposibilidad de conservar el pez a causa de las constantes visitas, estos pescadores han decido poner punto y final a tal revuelo con: “Ya pasó. El que la vio... la vio y listo”.
Este hallazgo ha reabierto el debate sobre las centrales nucleares y su proximidad a las aguas, con la idea de que la causa de la malformación sea la radiactividad de la central, y el peligro que supone para la pesca de esa zona.
Cadena 3 recogió los testimonios de los pescadores, quienes hasta hace poco pretendían embalsamar el pez una vez examinado médicamente. Aparentemente, el tercer ojo del pez es de “igual tamaño y un poquito más hundido que los otros”, según comentó uno de los pescadores.
Es la primera vez que se da un caso así, pero todo apunta a que nadie sabrá la causa exacta de la malformación del animal. Hartos del acoso mediático, el grupo del pescadores responsables del descubrimiento ha asegurado a Puntal.com que finalmente han optado por tirar el pez a la basura.
Gastón y Sergio Guerrina declararon a dicho medio que ningún veterinario acudió a la zona para examinar al animal, por lo que decidieron deshacerse de la presa, decisión que no fue muy bien recibida entre los vecinos, que ven al animal como la única prueba existente sobre el
efecto de la central nuclear, preguntándose “cómo van a cerrar el tema tirando la tararira (pez) a la basura”.
No dispuestos a perder sus puestos de trabajo, su vida privada, y tras la imposibilidad de conservar el pez a causa de las constantes visitas, estos pescadores han decido poner punto y final a tal revuelo con: “Ya pasó. El que la vio... la vio y listo”.
Fuente: larazon
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